Voces RSU | El rol de la universidad en los proyectos de Responsabilidad Social Universitaria: el caso del Museo de Sitio de San Lorenzo (Datem del Marañón, Loreto)

César Murrieta
Administrador de la DARS

Para la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es parte de su misión y es una política institucional orientada a desarrollar los vínculos entre la universidad y su entorno. Al desarrollar estos vínculos, la universidad usualmente es percibida como la institución que acude a ayudar, que lleva los conocimientos o los recursos —materiales o dinero— necesarios para solucionar los problemas que aquejan a la comunidad con la cual nos vinculamos y, en muchos casos, se espera que la universidad cumpla el rol del Estado.

Desde la universidad, en especial desde la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), se plantea que debemos ser parte del trabajo y construir —de manera colaborativa— con los diferentes actores de la comunidad, sabiendo que cada actor, ya sea individuo o institución juega un papel fundamental a la hora de plantear alternativas para enfrentar o buscar soluciones a diferentes problemas de nuestra sociedad. De esta manera, nuestro reto es facilitar la interacción de diferentes actores con la finalidad de construir los espacios necesarios para que puedan colaborar de forma horizontal; esto basado en el respeto, la confianza, el reconocimiento mutuo y la participación, y donde también se organicen y fortalezcan las bases para contar con una visión de futuro, no solo como individuos o instituciones aisladas, sino para crear visiones colectivas del territorio y, lo más importante, para impulsar una acción colectiva de los involucrados a fin de lograr sus objetivos.

Quizás esta apuesta de la DARS pueda parecer una utopía, porque en nuestro país nos puede parecer algo muy lejano que nuestras instituciones se puedan organizar para buscar de alguna manera contribuir, si no a la solución, al menos a afrontar concretamente un determinado problema social —aunque también puede ser el caso que no estemos acostumbrados a percibir los beneficios de proyectos con visión de futuro y transformadores de la sociedad—.

La DARS desde el año 2014 viene trabajando de forma colaborativa con los representantes de distintas instituciones de la zona vinculadas con las organizaciones indígenas, la iglesia, el sector educación, así como con el gobierno regional y el gobierno municipal de la ciudad de San Lorenzo, en la provincia del Datem del Marañón, región Loreto. Durante todos estos años se ha logrado que las siguientes instituciones: el Vicariato Apostólico de Yurimagus, Cáritas, Instituto de Educación Superior Pedagógico Púbico Rev. P. Cayetano Ardanza, la Municipalidad Provincial del Datem del Marañón, la Gerencia Sub Regional Datem del Marañón y la Unidad de Gestión Educativa Local Datem del Marañón, se organicen para custodiar y poner en valor los restos arqueológicos recolectados por más de 45 años por la Hermana María Dolores García Tomás, misionera del Sagrado Corazón.  La colección fue revisada y catalogada por un grupo de arqueólogos de la PUCP, dirigido por la Dra. Inés del Águila, Investigadora del Instituto Riva Agüero de nuestra casa de estudios. En palabras de la Dra. Del Águila, se trata de una colección muy importante que puede cambiar la mirada a la Amazonía.

Desde el principio, la propuesta de las instituciones fue que la PUCP se haga cargo de la custodia y construcción de un museo en San Lorenzo. Sin embargo, puesto que no es intención de la PUCP reemplazar y mucho menos asumir el rol que le compete al Estado, y considerando que la universidad formó parte del equipo de trabajo con la idea de construir colaborativamente con los diferentes actores de la comunidad, se logró —vía un Proyecto de Inversión Pública (PIP)— conseguir los fondos necesarios para la construcción del Museo de Sitio, involucrando y comprometiendo en esta tarea a las diversas instituciones antes mencionadas; de esta manera se pudo inaugurar el pasado 18 de agosto el Museo de Sitio en la Ciudad de San Lorenzo, convirtiéndose así en el primer Museo Arqueológico de la Amazonía. Consideramos que este es un ejemplo vivo de cómo se puede trabajar de manera colaborativa con las diferentes instituciones de un territorio para lograr proyectos transformadores y sostenibles.