Reflexiones de Gastón Garatea | Hay que defender la verdad y compartirla

En estos últimos tiempos estamos viviendo una etapa complicada en las relaciones entre los peruanos. Nos hemos vuelto muy susceptibles y las cosas que ocurren nos golpean mucho. Eso es bueno y malo. Bueno porque la sensibilidad casi siempre es una buena cosa. No entendemos sólo con la cabeza sino que también vibramos con lo que ocurre.

Pero, en todo este intercambio, hay una dimensión que no siempre es bien aceptada. Muchas veces no estamos de acuerdo con ella y la queremos cambiar. No la aceptamos porque no nos conviene. La cambiamos en nuestra mente y en nuestras palabras. No la queremos ver, y decidimos que la realidad es de otra manera.

Esto es más común de lo que deberíamos y nos encontramos con una dificultad para poder encontrar la realidad, y eso nos hace daño. En primer lugar, porque tenemos una gran desconfianza frente a lo que vemos y muchas dudas acerca de la persona que tenemos frente a nosotros mismos.

Sin embargo, cuando confiamos en las personas que nos rodean o con las que pretendemos obtener algo para la sociedad, las cosas son diferentes. Nos llena de gozo el compartir lo que vemos y lo que somos. Estamos seguros de la calidad de la gente que trabaja con nosotros y es un bien muy grande.

Construyamos la verdad desde una mirada bondadosa y recibamos la realidad como una fiesta que tenemos que comunicar en nuestro mundo.