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Campus Sostenible | Avances para la implementación de la planta de tratamiento de aguas residuales PUCP

Foto Punto Edu

Nuestra Universidad sigue firme en su camino a transformarse en un campus cada vez más sostenible. Por ello, el Vicerrectorado Administrativo (VRAD) ha planteado la necesidad de implementar una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR). Conozcamos los avances de este proyecto.

El proyecto para que la PUCP cuente con una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) se encuentra en marcha. Esta iniciativa multidisciplinaria de sostenibilidad es promovida por el Vicerrectorado Administrativo (VRAD), a través de la Dirección de Infraestructura (DINF), y se encuentra en etapa de evaluación técnica y económica. 

Para esta fase de diseño, se convocó a la Red Peruana de Ciclo de Vida y Ecología Industrial (Pelcan) de la PUCP, que realizó un estudio con importantes alcances y propuso una metodología, basada en evidencia científica, para una toma de decisiones basada en múltiples criterios.

Los resultados fueron expuestos por el doctor Ramzy Kahhat en un Café Sostenible realizado en agosto. Este espacio de diálogo refuerza la plataforma de colaboración institucional Campus Sostenible, liderada por la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), que tiene como objetivo guiar, conectar e implementar los esfuerzos para la ejecución de la Agenda 2030 en el campus universitario.

El sueño de una PTAR PUCP

Vayamos al inicio. ¿Qué es una PTAR? Este tipo de plantas implica una serie de tecnologías para el tratamiento del agua residual, que además permiten la recuperación de recursos como energía, fertilizantes y agua potable. Con ello, nos alineamos con un nuevo enfoque de circularidad, en el que las aguas residuales dejan de ser vistas como un desecho y ahora son concebidas como un recurso valioso. Se estima que la PTAR PUCP permitirá regar casi el 40% de áreas verdes que tiene el campus y con eso se reducirá significativamente el impacto ambiental, así como el elevado presupuesto en agua de la Universidad. 

“Este estudio se realizó en el 2019, antes de la pandemia, a pedido de la Dirección de Infraestructura. Comenzamos a soñar con una PTAR que recupere agua, fertilizantes y produzca energía, ideal para una universidad como la PUCP”, nos cuenta el doctor Ramzy Kahhat. El investigador integró el grupo Pelcan, que realizó este estudio, junto con André Torre, Eduardo Parodi e Ian Vázquez-Rowe.

“Así iniciamos el proceso con una revisión de la literatura más reciente, entrevistas a expertos, empresas del rubro y visitas a algunas PTAR pequeñas. Con ello, realizamos una propuesta de acuerdo con una selección de criterios de índole ambiental, social y  económica, de innovación, imagen institucional, calidad del efluente, y consideraciones para el entorno que incluían factores como malos olores y ruidos”

Ramzy Kahhat, director de la carrera de Ingeniería Ambiental y Sostenible PUCP e investigador del INTE PUCP

Sin embargo, llegó la pandemia y el proyecto quedó en stand-by, hasta ahora que se ha planteado la necesidad de retomarlo. 

Tecnologías a considerar

De acuerdo con el estudio realizado por Pelcan, se optó por dos tecnologías, diferentes a la de lodos activados, propuesta que se había considerado originalmente.

Una de ellas es el biorreactor de membrana (o MBR por sus siglas en inglés), un sistema avanzado para el tratamiento de aguas residuales, que consiste en un reactor biológico y una unidad de filtración por membranas. Por otro lado, el reactor de biopelícula de lecho móvil (MBBR, por sus siglas en inglés), el cual utiliza medios móviles para el crecimiento de biopelículas que permiten metabolizar compuestos orgánicos e inorgánicos presentes en las aguas residuales. Cabe resaltar que la calidad de agua resultante generada por ambos tratamientos es bastante alta y los requerimientos de área son sustancialmente menores.

“Estas tecnologías son óptimas también de acuerdo con el contexto tecnológico de Perú. Hay tecnologías que no se han considerado porque no se comercializan en el país. En general, ambas tienen procesos con un tratamiento secundario que implica un proceso biológico de descomposición de materia orgánica. En Lima, las tecnologías que tratan más del 90% de las aguas ni siquiera llegan al tratamiento primario”, sostiene el investigador.

Asimismo, como parte del estudio, se determinó el espacio donde sería ideal implementar la PTAR. “Planteamos un espacio de 500 m2, ubicado detrás del Instituto de Corrosión del campus, y que incluye la planta, el equipo y la oficina”, prosigue Kahhat.

Para el investigador, es vital su implementación en el campus. “No solo por un compromiso ambiental. Es importante su uso para temas de formación,  educación e investigación, así como la imagen que debemos dar como institución”, finaliza.

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