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Voces RSU | Nuestras razas, nuestras etnias, nuestra autoidentificación

Sharún Gonzales
Coordinadora del Grupo Impulsor AfroPUCP. Egresada de Periodismo PUCP

Las razas no existen. O, mejor dicho, las razas no existen según la biología. Aunque esta ciencia zanjó el debate hace mucho tiempo, seguimos buscando explicaciones objetivas para nuestras diferencias físicas. ¿Hay alguna ventaja genética para que más “negros” y “negras” campeonen en las competencias de velocidad? ¿Qué hace que algunas personas sean más altas que otras? ¿Por qué hay cabellos lacios y crespos? Es difícil convertir en invisible algo tan notorio: somos diversos y diversas.

La diversidad enriquece, pero una serie de procesos históricos, políticos y sociales han llenado de significados esas diferencias. Verse de tal forma significa, lamentablemente, casi siempre una separación entre lo aceptable, lo deseable y el resto. De modo que, verte “negra” no sólo tiene que ver con el color de la piel, la textura del cabello o la forma de la nariz, sino también con lo que se espera y no se espera de ti. En la misma línea, influirá en cómo han de tratarte, en qué espacios serás bien recibida y qué metas te serán permitidas lograr (e incluso soñar).

Ese significado, que se adjudica a una serie de características físicas, es construido. No es real. La raza es una construcción simbólica y social. Definir la raza como tal ha abierto una ventana hacia la invisibilización del racismo. Es decir, dejar de hablar de razas aparece como un paso sensato en el camino hacia la igualdad. Sin embargo, ¿cómo podemos dejar de hablar de razas si vivimos aún el racismo en el día a día? Aquí y ahora perduran mecanismos sutiles y macabros para acentuar las diferencias entre las personas de acuerdo a su pertenencia a determinados grupos establecidos por sus características más visibles.

En el intento de huir de la “raza” se recurrió a un término parecido: la “etnia”. El uso de ambos términos como equivalentes genera grandes confusiones en el ámbito académico y cotidiano, particularmente, en casos como el de las poblaciones afrodescendientes. La etnia y lo étnico están determinados por características culturales como el idioma, la vestimenta, la religión. En ese sentido, es probable que alguien que reivindique ser afrodescendiente por su entorno cultural, no necesariamente se vea (ni se sienta) “negro” o “negra”. ¿Las víctimas de racismo lo son por cómo se autoidentifican o por cómo se ven?

La nueva pregunta que incluye la variable étnica y racial en el Censo Nacional del 2017 nos obliga a repensar las categorías tradicionalmente establecidas para identificarnos. Esta situación nos coloca frente a un debate sobre cómo nos vemos, cómo nos sentimos, cómo nos clasifican y cómo queremos que nos clasifiquen. La pregunta por nuestra autoidentificación étnica y racial será una oportunidad para reconocernos diversos y diversas, remontar nuestras raíces pero, sobre todo, será una oportunidad para reivindicar nuestras identidades políticas. La visibilidad estadística de las poblaciones indígenas y afrodescendientes es un paso importante hacia el alivio de las desigualdades históricas  y estructurales de las que estas han sido sujeto durante siglos.

En el marco del primer Mes de la Diversidad PUCP impulsado por la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), el Grupo Impulsor AfroPUCP organiza la Semana de la Diversidad Étnico/racial del 31 de octubre al 4 de noviembre. El objetivo es sumarnos a la visibilización de la amplia diversidad de la comunidad PUCP, que no es ajena a la multiplicidad de identidades étnicas y raciales que existen en nuestro país. Los espacios de conversación e interacción que propone esta semana estarán dirigidos a sensibilizar y problematizar nuestros procesos de autoidentificación con miras al Censo Nacional del 2017.

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