Voces RSU | La importancia de hablar sobre racismo en la universidad*

Solo los primeros meses del año nos han llenado de ejemplos de racismo explícito y visceral. Señoras choleando a gritos en la vía pública; gente argumentando que las nanas no tienen derechos mientras están trabajando en un club privado; revistas afirmando que los únicos “solteros codiciados” del país son personas blancas de apellido compuesto, entre otros casos.

El año pasado, el Ministerio de Cultura realizó la primera encuesta nacional de percepciones sobre diversidad cultural y discriminación. Uno de los principales resultados que arrojó el estudio fue que el 53% de los entrevistados consideraron que los peruanos son racistas o muy racistas; sin embargo, solo el 8% se reconoció a sí mismo como racista.

Hace poco, en el marco de un taller en el que hablábamos sobre reconocimiento positivo de la diversidad, una estudiante preguntó por qué no se hablaba más explícitamente de racismo, como se habla, por ejemplo, de machismo y otras manifestaciones de violencia en la universidad. Su pregunta resonó en mi cabeza, ¿qué es lo que nos ataca tanto?, ¿por qué sigue habiendo tanta resistencia? Pensaba en lo acostumbrados que estamos a mirar el problema como ajeno y lejano; a analizar la realidad desde lo académico, sin reconocer que la cotidianeidad de la vida universitaria nos golpea, más seguido de lo que creemos, con situaciones reales y contundentes. La burla y segregación por cuestiones de raza y clase son una constante en el espacio universitario y para evidenciarlo basta revisar el contenido de las redes virtuales en los que la comunidad universitaria interactúa. De qué nos sirve investigar y discutir sobre la gran problemática del racismo en el Perú, si nos cuesta aún reconocernos parte del problema.

Afortunadamente, el campus es cada vez más diverso. Tenemos estudiantes de todas las regiones del país, becarios y becarias, de comunidades nativas andinas y amazónicas; sin embargo, nos hace falta mirar más de cerca y con mayor empatía cómo es que venimos gestionando esta diversidad.

Tres ideas clave de la Responsabilidad Social Universitaria tienen que ver con fortalecer la agencia, la empatía y la toma de postura de los sujetos. Si bien, el problema del racismo tiene que ver con condiciones estructurales, la apuesta es formar estudiantes que sean conscientes del problema; que se auto reconozcan y que también sean capaces de ponerse en los zapatos del otro; que cuestionen sus privilegios y reconozcan sus lugares de enunciación.

Que este día[i] sirva para reflexionar sobre la enorme labor que aún queda por hacer desde la universidad, pero también para caer en cuenta de que el racismo no se acabó con la “independencia”, sino que, luego de dos siglos, permanece vivo hoy.

[i] El 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

* Columna de opinión publicada en PuntoEdu N° 462

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