Voces RSU | Abrazar nuestra vulnerabilidad

Natalia Consiglieri Nieri
Docente del Departamento de Comunicaciones

“Reconstrucción – Nombre Femenino” es una creación colectiva de teatro que aborda, como temática central, la violencia de género en el Perú en el contexto de la Estrategia Nacional de “Reconstrucción con cambios” pos Niño costero.  Desde el estímulo estético y político —que propone la idea de “desborde”— cinco actrices representan teatralmente a mujeres de la historia del Perú, cuestionan y habitan sus contradicciones y comparten sus testimonios para, desde ahí, proponer una reconstrucción personal y social.

El proceso de creación no fue fácil. Implicó más de un año de reflexión y exploración colectiva que demandó mirarnos, acercarnos a nuestra vulnerabilidad e intentar reconciliarnos con ella para, desde ahí, reconocernos como mujeres que quieren, demandan —y actúan por— una sociedad más equitativa. Pero, ¿cómo decir en el teatro cuestiones tan íntimas sin sentir que nos exponemos?, ¿hasta qué punto lo íntimo y la historia personal de cada mujer/actriz puede conectar con un público diverso?

Luego de cada función constatamos qué tan cierta es aquella idea ofrecida por la escritora y feminista, Kate Millet: “Lo personal es político”. Personas desconocidas se nos acercan para decirnos que a través de nuestras historias se cuentan también sus propias pérdidas, miedos y contradicciones. Y es que el proceso de creación implicó poner a prueba el supuesto de que, sólo reconociendo que lo íntimo y privado configuran lo social —y viceversa—, podremos atender a nuestra vulnerabilidad, desarrollar nuestra empatía y aportar de forma coherente a la transformación social.

Dicho supuesto ha sido abordado también por el ejercicio académico. En su tesis de maestría, Paloma Carpio, docente de la PUCP y codirectora del montaje, concluye que participar en experiencias de teatro aplicado aporta al desarrollo de capacidades individuales que nos permiten “convivir mejor socialmente, comprendiendo y respetando a los otros; abandonando la pasividad y atendiendo a los problemas sociales compartidos”. Y es que, sin duda, la principal transformación que ofrece la creación artística en general, y el teatro en particular, se da en quienes participan en el proceso creativo. Si bien es satisfactorio saber que nuestra creación conecta con quienes van al teatro, es también sumamente gratificante constatar que nosotras hemos crecido mucho durante el proceso. Hemos aprendido y puesto en práctica la sororidad, nos hemos cuestionado y, lo más importante, hemos aprendido a identificar y abrazar nuestra vulnerabilidad.

Vivimos en una sociedad que nos demanda ser competitivos y fuertes, que nos disciplina para constreñir nuestras emociones a determinados espacios, y en la que cada vez más juzgamos o normalizamos la conducta del otro, antes de buscar comprenderla o preguntarnos “por qué”. En síntesis, vivimos en una sociedad que busca capitalizar algunas de las características asociadas a la masculinidad hegemónica y que cuestiona aquellos atributos asociados a la feminidad: la vulnerabilidad y expresión de afectos son fácilmente asociadas con la histeria y la debilidad. Quizá, si abrazamos y defendemos esa vulnerabilidad tan juzgada y sancionada, nos encontraremos con la versión más empática y valiente de nosotras mismas.

Nota de la autora: Gracias a Paloma Carpio, Coralí Ormeño, Déborah Grández, Jimena Ballén, Lucía Mantilla, Tania Pezo y Laura Santa Cruz por ser las compañeras de ruta en este proceso de reconstrucción.

 

Av. Universitaria N° 1801, San Miguel, Lima - Perú Teléfono: (511) 626-2000
® 2013 Pontificia Universidad Católica del Perú Todos los derechos reservados