Reflexiones de Gastón Garatea | Las difíciles circunstancias que estamos viviendo

Estas últimas semanas han sido difíciles para el Perú. La gente pelea con un lenguaje realmente indebido y nos quedamos todos heridos con un sabor muy amargo en la boca. Los discursos de unos y de otros están faltos de sentido, pues cuando uno oye los insultos que se dicen, uno se pregunta, ¿hasta dónde hemos bajado?

Lo cierto es que esta situación es muy mala y no podemos quedarnos mirando lo que pasa sin decir algo. Los niños están sin clases, los pobres sin médicos, enfermeras ni obstetras. Es decir, dejados a su suerte. Tanto educación como salud son dos servicios que el Estado tiene la obligación de brindar a toda la población. Estos servicios son de primera importancia y los da tan mal en lo concreto de nuestras vidas. Pero lo malo es que los trabajadores de esos servicios no son conscientes de lo indispensables que son estos y el Estado los trata sin tener en cuenta la importancia que tienen. Se dan el lujo de hacer dos meses de huelga sin que les importe el daño que se les hace a los niños y el maltrato a la salud de los más pobres, pues los ricos se las arreglan para poder cuidarse con los servicios particulares.

El resultado es que estamos con el pueblo maltratado y un gobierno que sirve al pueblo si no que está más preocupado por lo que debería hacer que por lo que hace. Y los peruanos esperando. Esperando qué, pero esperando.

Hay que actuar y no quedarnos pasmados frente a una realidad que se hunde y en ese montón no solo vamos nosotros sino también muchos inocentes.

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